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Fundación

fundación Ica, la ciudad de Ica la fundó Jerónimo Luis de Cabrera el 17 de junio de 1563, con el nombre de Villa de Valverde del Valle de Ica, que luego se denominó San Jerónimo de Ica. Inserta en un fértil valle oasis. Antes de su fundación, los españoles ya habían tomado sus tierras, de eterno sol, para plantar las cepas de vid que fueron traídas por los conquistadores desde las Islas Canarias, España.

Ica fue el primer lugar de la Nueva Castilla (Perú Virreinal) donde se produjo vino y también el aguardiente de uva, fue desde aquí se comenzó a exportar a todas las colonias hispanas de América. El puerto por el cual se exportaba el vino y el aguardiente de uva era Pisco, motivo por el cual el aguardiente pasó a denominarse simplemente «pisco» desde inicios de la colonia española en América.

Para 1570 acontece la impresionante historia de la creación de una ermita y luego un templo nuevo para albergar a la milagrosa imagen del Cristo de Luren, en el lugar destinado para las reducciones indígenas llamado Hurin Ica. Hacia 1630, la Villa de Valverde, que ya había mudado de lugar por causa de un gran terremoto (12 de Mayo de 1568), ya contaba con 200 vecinos españoles y criollos, unos 9000 esclavos negros y la llegada continua de europeos que migraban atraídos por las fabulosas riquezas que poseía el Perú. Por entonces ya era tradicional la producción de vinos y de un aguardiente lugareño de uva llamado pisco, cuya fama y aceptación era reconocida en toda América.

La memoria de Ica como pueblo ha sufrido grandes transformaciones. Somos una mezcla de razas que la historia moldeó, hemos creado nuestras propias costumbres de la diversidad; somos gente indomable, con sangre de aventura, de trabajo, de pasión, de entrega y de futuro. Somos Ica, un pueblo que no sucumbe, que no se deja vencer, que lucha y eleva su voz.