Reservas naturales de Arequipa
Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca
Establecida el 8 de agosto de 1979 mediante Decreto Supremo N° 07079AA, abarca un total de 366 936 hectáreas pertenecientes a las provincias de Arequipa y Caylloma, del departamento de Arequipa, y General Sánchez Cerro, del de Moquegua. Fue creada con el objeto de conservar la flora, fauna sólo en aves, incluyendo las de la zona del Colca, hay más de 155 especies y bellezas paisajísticas de la región alto andina, en especial sus singulares formaciones geológicas, además de fomentar la utilización racional de recursos naturales renovables, entre ellos los camélidos sudamericanos.
Con una altura promedio de 3 700 m.s.n.m., la reserva se ubica en las alturas del este de la ciudad de Arequipa. Es accesible a través de las carreteras que conducen al valle del Colca (vía Yura y Charcani) o a Puno (vía Chiguata). Salinas y Aguada Blanca reciben su nombre de los represamientos efectuados en la región el río Blanco y que irrigan las pampas de Majes y Sihuas. La reserva constituye un vasto territorio donde la geología parece haber dado rienda suelta a sus caprichos más exagerados. Dentro de sus linderos se encuentran los volcanes tutelares de la Ciudad Blanca el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu y la extensa planicie de Pampa Cañahuas.
Tierra de volcanes, cañones gigantescos y fuentes termales, es el hábitat ideal para cóndores, vicuñas, zorros, guanacos y flamencos, estos últimos numerosos sobre todo en las lagunas de Salinas.
Santuario Nacionales Lagunas de Mejía
Establecido el 24 de febrero de 1984 mediante Decreto Supremo N° 01584AG, este humedal costero abarca un total de 609,6 hectáreas pertenecientes a la provincia de Islay, departamento de Arequipa. Los objetivos principales de su creación son proteger la avifauna residente en peligro de extinción, así como las especies migratorias en sus rutas norte sur; preservar el hábitat para especies endémicas de la región amenazadas; mantener importantes asociaciones de flora silvestre propias de los ecosistemas acuáticos del litoral; y promover el crecimiento económico de la región mediante el desarrollo de la actividad turística.
Los pantanos de Mejía, en la desembocadura del río Tambo, albergan un gran número de aves residentes aproximadamente 84 especies y son un importante lugar de paso de al menos otras 57 especies migratorias, para las cuales son prácticamente la única estación que puede acogerlas en más de dos mil kilómetros, entre Pisco y el río Huasco, en Chile. Las aguas estancadas también permiten el desarrollo de una abundante flora constituida básicamente por juncos (Scirpus sp.) y totora (Typho sp.), así como la subsistencia de una fauna de reptiles y pequeños mamíferos.
Antes amenazadas por el desarrollo de la agricultura, que tradicionalmente desecó los humedales sin reparar en su valor como refugios de vida ni en el potencial turístico que encierran, ahora las lagunas de Mejía están protegidas y han sido incluidas, junto con otros 8 humedales peruanos en la lista de importancia internacional de la Convención de Ramsar, a la que el Perú se adhirió en 1986 Al Santuario se llega fácilmente desde la carretera asfaltada que se inicia en el puerto de Moliendo y enrumba hacia el balneario de Mejía. Desde el sur, los pantanos de Mejía son accesibles siguiendo la carretera asfaltada que parte de la localidad de La Curva.