info@enperu.org

Corredor Turístico Los Quechuas

Corredor Turístico Los Quechuas

Comprende la zona quechua, es decir el norte del departamento, en la ruta hacia Cuzco. Aquí se encuentran las chullpas de Sillustani (en Atuncolla, Puno) y las provincias de San Román, Lampa, Mel­gar, Azángaro, Sandia y Carabaya.

La zona histórico-arqueológica más importante, y una de las más grandes necrópolis del mundo, es el complejo arqueológico de Sillustani, ubicado en el distrito de Atuncolla, a 33 km de la ciudad de Puno, muy cerca de la laguna de Umayo.

Las chullpas o ayawasis son torreones de piedra que se estima fueron monumentos funerarios de los collas y también de los incas, aunque se ignora su edad exacta.

Las de origen colla son de piedra sin labrar y las de origen inca muestran la piedra labra­da. Hay cerca de 90 chuilpas en una extensión de aproximadamente 150 ha, a más de 3 910 msnm.

La mayoría mide más de 12 m de altura, están construidas de piedra volcánica y su característica más singular es que el diámetro de la base es menor que el de la parte superior. Este tipo de construcción es único en el continente.

Hacia el este de la zona de chulipas existen círcu­los o semicírculos de variado tamaño, llamados «Círculos del Sol», a la manera de los círculos druí­dicos de Inglaterra.

La proximidad de la laguna de Umayo le agrega belleza y majestuosidad al panora­ma del lugar.

El complejo de Sillustani consta de varios sectores:

Huaca Cancha (ingreso en las ruinas). Restos culturales correspondientes a la cultura Pucará (200 años a.C.).

Hatun Ayawas. Habitaciones circulares, corres­pondientes a una chuilpa colla.

Sector Intihuatanas. Al sureste, con dos huacas representando un falo adoratorio, dedicado al culto de la fertilidad.

Sector Caracachi. Con pucullos simples, de pie­dras y barro, usado para albergar a los cadáveres de los señores sillustani colla.

Sector Yurac Ayawasi, «casa blanca de muerte», restos de dos viviendas con planta circular, construc­ción colla. En el lado norte hay construcciones de dos chuUpas de época inca, construidas de coalita.

Ayawasi Cuadrado o Pucullo Cuadrado. Ruinas de una edificación que quedó a medio construir, posiblemente por la llegada de los españoles.

Piedras Cansadas (Rumí Haíq’o). Bloques alinea­dos, aparentemente iban a usarse para alguna cons­trucción.

Samari Pampa. Pampa de descanso o cantera explotada.

Samarí Pata. Cantera que se abandonó en plena explotación.

ChuUpa con rampa o Pucullo Sigana. Al noreste. El terraplén servia para subir los bloques de piedra.

Sector Ayawasi Grande. Lado sur, a 0,5 m de Qhawarina Pata. Dos ayawasis que tienen un blo­que grande en forma de T invertida de angulos, a segunda tiene un bloque de 8,80 m de altura por 6,50 m de diámetro.

Sector Asiruyuq (chuflpa de la culebra). Ubica­do cerca del sector anterior, tiene forma de cono invertido.

Sector Lagarto. La chullpa que más resalta en Sillustani, tiene 12 m de altura por 7,20 m de diá­metro en la parte inferior y 7,60 en la superior.

Muy cerca del lugar hay un museo de sitio, donde se muestran las evidencias de las culturas colla, tiahuanaco e inca.

A una hora de viaje (desde Puno) por una carretera asfaltada-afirmada se encuentra la península de Capachica, lugar que cuenta con un rico y variado ecosistema.

Está rodeada de cinco pequeñas islas frente a las islas de Soto, Amantani y Taquile, que conforman un hermoso paisaje que se puede apre­ciar desde el mirador de Jaruspata, en la zona más alta de la península. Sus habitantes conservan sus trajes y costumbres ancestrales.

Retomando la ruta principal hacia el norte llegare­mos hasta Juliaca, capital de la provincia de San Román, que se alza a 3 835 msnm sobre una plani­cie casi completamente horizontal. En esta ciudad se moviliza el 70 % de la actividad comercial del departamento, sobre todo en sus ferias agropecua­rias y artesanales.

En la plaza Bolognesi suelen reu­nirse las «calceteras», hábiles tejedoras de mantos, chompas, etc.

Por las características de su clima es conocida también como la «ciudad de los vientos». Cuenta con el aeropuerto internacional «Inca Manco Capac» y tiene además una estación de ferroca­rril, que la conecta con las ciudades de Arequipa y Cuzco.

En Juliaca la arquitectura virreinal ha dejado tam­bién importantes templos, como la iglesia de Santa Catalina, de estilo barroco mestizo, en la cual des­taca el juego de los perillones barrocos sobre la cúpula exterior del crucero y sobre las esquinas de los muros.

También hay un importante monumento que domina la ciudad; el imponente «Cristo Romano» o «Cristo Blanco», ubicado en la cima del cerro tutelar Huayna Roque, atalaya natural de Juliaca, e inaugurado en 1987. En 1993 se inauguró la iglesia Pueblo de Dios en la zona del asentamiento huma­no «De la Revolución».

Otras construcciones monumentales de Juliaca son la iglesia de la Merced, en la plaza Bolognesi, que data de 1889, y el convento de los padres franciscanos, de estilo grecorromano, que conserva reli­quias y objetos dc arte, edificado sobre el muro de roca del cerro Santa Bárbara.

A 10 km de Juliaca se halla la fábrica de cemento de Caracoto.

De Juliaca parte, hacia el noroeste, una carretera afirmada que conduce hasta Lampa, capital de la provincia del mismo nombre, el cual proviene de la voz aimara 1am paya que significa «lugar de bosque de quefioa».

Esta ciudad, actualmente unida a cada uno de sus diez distritos por trochas carrozables, fue fundada por los reinos aimaras, en la época preinca, y en su territorio se encuentran desperdi­gados numerosos vestigios arqueológicos. Se con­servan también las tradiciones y el folklore, que se exponen en sus fiestas locales, como la celebración dc la fiesta patronal de Lampa, cl 8 dc diciembre de cada año.

La iglesia Santiago Apóstol destaca por ser el volumen arquitectónico más grande e importante dc la ciudad.

Se levanta sobre un atrio de forma rectangular, totalmente empedrado de cantos rodados y rodeado por ocho torres dispuestas alrededor de lo que antiguamente fue el cemente­rio parroquial. Ostenta en su lado derecho una impresionante torre dc tres cuerpos, de 35 m de altura, construida Íntegramente en sillar de color rosado.

Lampa guarda entre sus joyas artísticas dos réplicas de «La Piedad», la célebre estatua de Miguel Ángel que representa el dolor de la Virgen María al soste­ner el cadáver de Cristo descendido de la cruz; una de yeso, que es el molde tomado de la obra origi­nal, se encuentra en la municipalidad provincial, y la otra, vaciada en aluminio, está en el templo de Santiago Apóstol.

Estas réplicas las mandó cons­truir el filántropo lampeño ingeniero Enrique Torres Belón.

Lampa también posee un criadero de chinchillas de finas pieles y en los alrededores de la ciudad abundan los bosques de queñoales (Polytepis inca­na), hermoso árbol de la serranía peruana, princi­palmente en los distritos de Palca y Vilavila.

El árbol de la queñoa se caracteriza por su follaje, que generalmente presenta una disposición más ancha que larga (adoptando las ramas la forma de un abanico) y por sus ramas curvas y capri­chosas.

En el distrito de Santa Lucía, a 62 km de Juliaca, puede visitarse el cañón de Hatun Phausa, con impresionantes caídas de agua como la de Cayachi­ra (de 135 m) o la de Laura Mikaya sobre el río Viluyo, la zona de Chinchini, antiguo lugar de des­canso del Inca y de los chasquis, Lagunillas, «capital alpaquera del Perú» y las aguas termales de Pinaya.

Durante la fiesta de la Virgen del Rosario en el dis­trito de Paratia son característicos los ayarachis quienes, provistos de zampoñas y bombos, repre­sentan al cóndor y al espíritu de los pastores alpa­queros.

Continuando esta ruta se encuentra el poblado de Pucará, vocablo aimara que significa «fortaleza» y donde existen andenerias, monolitos de piedra y restos de edificaciones subterráneas, testimonios de la denominada cultura pucará que se desarro­lló en el periodo Formativo, entre los 400 años a.C. y los 300 años d.C. y se expandió por el norte hasta la actual provincia cuzqueña de Chumbivilcas, por el sur hasta Anca, por el oeste hasta Arequipa, Moquegua y Tacna y por el este en toda la cuenca del Titicaca.

Los pucarás adora­ron al puma, al cóndor y al sapo, y alcanzaron notables conocimientos astronómicos, arquitectó­nicos e hidráulicos.

En el imponente centro ceremonial de Kalasaya, de aproximadamente 500 ha de extensión, rehabi­litado en 1986 por el Plan Copesco, se realiza cada 16 de junio la escenificación del ritual del «gran degollador» (jatun ñah’aq), a cargo de unos 300 escolares que dramatizan la forma en que los antiguos sacerdotes pucarás efectuaban sacrificios humanos a sus dioses, para asegurarse buenas cosechas.

La puesta en escena demanda una sus­tancial inversión del concejo de distrito de Puca­rá, tradicional pueblo de artesanos y alfareros, donde se fabrican los famosos «toritos» y puede degustarse el cancacho, plato típico a base de cor­dero asado.

La provincia de Melgar se encuentra en la zona noroeste del departamento y su capital es la ciudad de Ayaviri, ubicada en el eje principal de la ruta turística Cuzco-Puno-La Paz. También se puede lle­gar a Ayaviri por la ruta Puno-Juliaca (asfaltada) y Juliaca-Ayaviri (afirmada).

Esta provincia tiene muchos atractivos para el via­jero, siendo el más grande sin duda el cañón de Tinajani, a 4 100 msnm y a 12 km de Ayaviri. Tinajani presenta formaciones geológicas produc­to de la erosión y significa «baño del diablo», nombre local que se debe a la existencia de una gran tinaja de varios metros de profundidad, for­mada por la caída de un torrente natural que se precipita en dicho lugar.

Las masas rocosas surgen en moles recortadas verti­calmente, de las más variadas y caprichosas formas, que semejan grotescas figuras con caras extrañas y sin brazos, pudiendo alcanzar hasta 100 m de altu­ra.

Destaca una enorme formación en forma de trompo u hongo gigantesco con el tallo enroscado, tan delgado en su base que da la impresión de que alguien lo hubiera hecho girar.

En las laderas del cerro Kolkeparque, en Ayaviri, se encuentran las fuentes termales de Pojpoquella, famosas por sus propiedades curativas del reuma­tismo y de enfermedades de la piel.

Melgar cuenta también con hermosas iglesias como la de Umachiri, cuya sencillez arquitectóni­ca oculta una gran riqueza artística en el interior, y con bellezas naturales como el nevado de Kunu­rana y la laguna de Orurillo, en la ruta Puno-Cuzco.

La ciudad de Azángaro, capital de la provincia de igual nombre, cuenta con todos los servicios, y está unida a cada uno de sus quince distritos por medio de trochas carrozables. Hasta ella se llega por la ruta Puno-Juliaca (asfaltada) y Juliaca-Azángaro (afirmada).

Los principales atractivos de esta provincia son, indudablemente, sus iglesias, y entre las más importantes se puede señalar el templo de la Asun­ción, en la capital, fundado en 1624 y reconstruido espectacularmente tras el incendio que lo arrasó en 1758; posee una riqueza ornamental propia de una basílica, con lujosos retablos y altares barrocos recubiertos en pan de oro y ha conservado hasta la fecha una gran cantidad de obras de arte.

Al santuario de Tintiri, a 8 km de la ciudad de Azángaro, se le considera por su forma una réplica de la catedral de París y tiene túneles subterráneos en su interior, con tumbas y mazmorras. Dignas de mencionarse son las iglesias de Santiago de Pupuja (con su hermosa portada de piedra rojiza y orna­mentos mestizos) y de San Jerónimo, que luce sire­nas en su portada e indios emplumados en su ornamentación.