Cultura Wari
Aproximadamente hacia los finales de los 700 años d.C. empieza a producirse un fenómeno más o menos homogéneo con el surgimiento de la cultura Wari la cual corresponde al Período del Horizonte Medio (800 a 1,100 d.C), y aunque no se ha precisado el tipo de control e influencia que ejerció sobre otras culturas regionales, logró cierta unificación y expansión de una cultura propia.
En la textilería se observa una fusión de estilos, por un lado de policromía y sentido no figurativo de Nasca, con la lógica estructural y ordenamiento de los
Wari. A su vez el arte Wari contiene fuerte «influencia» del estilo Tiahuanaco sobre todo en la representación iconográfica de personajes alados portando báculos, tal como aparece en la litoescultura de la Portada de Tiahuanaco. Estos personajes, también llamados «ángeles», son los mas representados en la iconografía Wari. Los diseños pasan por un proceso de fragmentación, sustitución, distorsión, dislocación y estilización geométrica hasta desaparecer casi por completo el diseño original y quedar solo en una composición de símbolos abstractos. Los tejidos Wari son de calidad inigualable, tanto en la técnica del tejido que preferentemente fue la del tapiz, como en la finura del hilado, asimismo en la estilización y armonía de diseños y colores. El tejedor explotó al máximo las posibilidades de diseño y color manufacturando camisas (unkus), fajas, bolsas, gorros de cuatro puntas trabajadas en la técnica de «simili velour», la cual produce una textura aterciopelada.
INTRODUCCION
El imperio Wari es sin duda uno de los puntos más altos de desarrollo en los andes centrales durante la historia, algunos plantean que no tiene esta particularidad, es decir que no fue un imperio ya que no posee evidencias escritas para comprobar ello entre otros aspectos. Pero lo más importante es lograr observar las demás fuentes que dejaron, lo que permitió que Wari someta a otros estados mediante la violencia y su ideología así como también comprender su caída abrupta producto de las contradicciones internas y al descontento del pueblo Wari.
Para ello usaremos nuestras capacidades de retención, imaginación e interpretación de las situaciones dadas en este periodo de nuestra historia y así poder entender cuales fueron sus ventajas que hicieron posible la formación de este “imperio” así como también poder reflexionar con respecto a los errores administrativos y sociales que conllevaron de la mano su caída irremediablemente.
Sin duda esto nos servirá como modelo de lo que debemos y no debemos aplicar en una sociedad y así poder forjar el crecimiento junto con el desarrollo, aspectos que hoy en día son aplicados en forma independiente.
Los wari fueron una civilización que fue floreciendo en el sur de los Andes entre los
Años 500 hasta 1000 años D.C.
UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LA CULTURA WARI
La cultura Wari se desarrolló hacia fines del período denominado Horizonte Medio en el área de Ayacucho. Donde comenzó a desarrollarse una tradición de centros urbanos con influencia Nazca y Tiahuanaco, la cual se sobrepuso a Nazca. La cultura Wari empezó su expansión hacia el norte, sur y oeste, y en poco tiempo, la zona del Perú central estaba bajo Wari.
El Estado Wari se expande hacia la sierra norte hasta Callejón de Huaylas, hacia la sierra sur de Cuzco y en la costa central y sur; ¿Wari llegó hasta Cajamarca por el norte, La Libertad, Moquegua y Sicuani por el sur.
En cuanto a la cronología he podido apreciar pequeñas diferencias según la fuente de información: unos dicen que es desde 550 d.C. hasta 1,000 d.C., y otros que va desde 600 d.C. hasta 1,100 d.C.
La cultura Wari se originó en un medio ambiente difícil: la región de ayacucho. Esta es una zona seca y árida en la que resulta muy difícil cultivar debido a los suelos pedregosos y a la escasez de agua. Todas estas características del medio donde se desarrollo son la razón de su nombre. La palabra Wari es un Vocablo quechua que significa indómito y agreste
Para superar esta limitación, los Wari realizaron obras de canalización y drenaje y crearon andenes en las laderas de los escarpados, cerros, ampliando la superficie cultivable de modo significativo.
Las punas ubicadas al sur de Ayacucho significaron una rica fuente de recursos, por encontrarse cubiertas de pastos y ser un refugio para la mayoría de las vicuñas de nuestro país. En esta zona se cultivaron tubérculos como la papa, el olluco, la mashua y la coca.
Patrón de asentamiento
Los waris fueron los primeros en desarrollar la idea de “ciudad” en el área andina. Levantaron grandes complejos arquitectónicos, con enormes muros que encerraban las casas, almacenes, calles y plazas. Construyeron edificios para la administración civil y para las guarniciones militares y sus núcleos urbanos estaban organizados en barrios de artesanos, como los de ceramistas o de tejedores. Todas las construcciones eran amplias y de un solo piso, siguiendo una arquitectura planificada, rectangular y simétrica que demostraba un alto grado de jerarquización social. Dada su enorme extensión, el estado mantenía enclaves en distintas partes de su imperio, tales como los descubiertos en los valles de Nazca o de Moquegua.
ORIGEN DE LA CULTURA WARI
El estado imperial Wari o Huari, se formo sobre la base de un pequeño reino ubicado en la zona que hoy corresponde al departamento de Ayacucho y que se le conoce como el reino Huarpa. Este pequeño reino tenía, antes del siglo X intenso comercio con nazca y con la zona del altiplano. En sus orígenes, Wari fueron una etnia que absorbió los rasgos de la cultura Huarpa, algunos elementos de la cultura Nazca y caracteres de la religión Tiahuanaco.
DESARROLLO DE LA CULTURA WARI
La cultura Wari se desarrollo gracias al gran avance de la agricultura y la ganadería pudo expandirse por casi todo el territorio peruano. Por ello se le conoce como la cultura Pan andina, para una buena administración de las regiones sometidas se tuvo que crear los Centros Urbanos Administrativos (ciudades cabeza de región). Este imperio se expandió mediante conquistas militares que les permitió alcanzar su máxima extensión de manera muy rápida lo cual también facilito su decadencia
CULTURAS INFLUYENTES PARA LA CULTURA WARI
La cultura Wari es una síntesis de tres importantes culturas como Huarpa, Nazca y Tiahuanaco. Adopta la organización rural de los huarpas, gracias a la interacción entre la tecnología y el comercio de los nazca existirá mejoras en la artesanía como la cerámica; De los tiatuanaco adoptan sus dioses, sus mitos y sus leyes.
ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA CULTURA WARI
Debido a su orientación urbana y militar, Wari mantenía una fuerte jerarquía social, encabezada por las clases dirigentes. Los sacerdotes y en especial los guerreros, debieron haber ocupado un lugar importante dentro de la sociedad, la cual ejercía su poder desde los centros urbanos. Esta pirámide social tenía en su base a una gran masa de agricultores y pastores. Algunos piensan que Wari y Tiahuanaco formaban un estado dual, donde Wari mantenía el centro del control político y militar, mientras Tiahuanaco se encargaba de las actividades más ceremoniales. Si bien ésta es sólo una hipótesis sin mayor fundamento, es indudable que ambos imperios mantuvieron conexiones, así como rivalidades económicas y políticas.
La superpoblación de la ciudad, el abandono del campo y quizás una sequía origino la carencia de productos alimenticios que por un corto tiempo debió solucionarse mediante el intercambio de artesanías por productos agrícolas hasta que fue insuficiente y optaron por la conquista por medio de la guerra, ósea por la explotación de las colonias conquistadas, esto debió ocurrir entre los años 800 dc. Al 1200 dc.; llegando a constituir su imperio que abarco desde Cajamarca y Lambayeque hasta Sicuani y el norte de Arequipa. Los tributos se hicieron posible al mantenimiento de las grandes ciudades fundadas como colonias y crearon al mismo tiempo un intercambio de productos e ideas similares a lo largo y ancho de los andes centrales.
En lo social el aporte Wari fue especialmente trascendente y significativo, pues, como ya se ha indicado, los waris hicieron la revolución urbana, dieron lugar al nacimiento del estado, secularizaron la sociedad y el poder, organizaron las comunidades en ayllus, inventaron la planificación y el urbanismo e impusieron sus patrones de asentamiento urbano en todo el mundo andino. En la Comarca, salvo Caja marquilla, no quedan otros restos materiales de la actividad Wari en el campo del urbanismo, pero en la estructura de la sociedad Yunga de la época el impacto fue notorio y los cambios importantes. El resultado de los mismos se aprecia con claridad cuando se estudia la organización y realizaciones de los señoríos y cacicazgos de los valles comarcanos en el periodo siguiente o se advierte la estructuración dual que muchas comunidades campesinas tienen hasta hoy.
ORGANIZACIÓN POLITICO – MILITAR DE LA CULTURA WARI
Para asegurar sus conquistas y administrarlas debidamente los Wari establecieron, en puntos estratégicos del territorio imperial, enclaves que oficiaban de centros administrativos y lugares de captación de recursos provinciales y remisión de los mismos a la metrópoli. Crearon así, planificada mente, los centros de Viracocha Pampa, en Huamachuco, Vilca Huain, en Huaraz, Wari Vilca, en Huancayo, Cajamarquilla, en Lima y Pique Llaqta, en Cuzco. Naturalmente, también construyeron una red que vinculaba dichos sitios entre sí y los comunicaba directamente con la metrópoli, para permitir el envío de los tributos provinciales, el ir y venir de los comerciantes y en especial la rápida marcha de los ejércitos conquistadores para así extender su territorio.
Parece que los Wari practicaban una política colonialista centralizada, en que solo interesaba el beneficio de la metrópoli en función de la máxima explotación de los territorios colonizados o conquistados. Por ello, sus asentamientos tenían la condición de verdaderos enclaves coloniales creados para controlar, política y económicamente el territorio en el que se asentaban. Los Centros Administrativos eran verdaderas «factorías» que focalizaban la actividad comercial de la región, captaban su producción, la almacenaban y la remitían a la metrópoli ayacuchana, todo ello dentro de las seguridades del caso. Por eso los Centros se rodeaban de altas murallas concéntricas y las zonas de habitación dentro de ellos eran cerrados recintos a los que sólo se podía ingresar escalando los muros desde estrechas callejas, que eran sustituidas, en muchos casos, por caminos que discurrían por lo alto de los gruesos murallones. Por eso también, los integrantes de la burocracia administrativa y las guarniciones militares imperiales no se afincaban en las provincias y regresaban a Wari tan pronto coma cumplían su misión de servicio y en caso de fallecimiento eran llevados al solar nativo para que los auquis tutelares velaran por ellos, y el Dios de los Báculos pudiera incorporarlos a su séquito de seres alados. Probablemente esta es una de las razones por las que en las provincias casi no existen pueblos, palacios y cementerios Wari y tampoco templos o sitios ceremoniales, no obstante tratarse de gente que practicaba una religión ecuménica con fuerte sentido proselitista.
Centralización
WARI
Colonias urbanas
ORGANIZACIÓN ECONOMICA DE LA CULTURA WARI
La infraestructura económica Wari alcanzo gran despegue gracias a la agricultura, Ganadería, comercio y artesanías como la arquitectura, cerámica y orfebrería. Wari era un estado con un fuerte desarrollo urbano, aun cuando en zonas más periféricas conservaba un carácter aldeano y campesino. Mantuvieron intercambio económico y cultural con otros estados, especialmente con Tiahuanaco, con el cual aparentemente las relaciones eran tensas.
Su economía estaba basada en la agricultura de productos como el maíz, la papa y la quinua, así como en la ganadería de llamas y alpacas. Wari fue una sociedad urbana que canalizaba su economía partir de una fuerte planificación. Como resultado, la ciudad se convirtió en el motor de la producción y la distribución de la riqueza agropecuaria y manufacturera. Los Wari impulsaron grandemente la agricultura intensiva, la producción masiva de bienes y productos y un activo intercambio comercial.
Para aumentar la producción agrícola de las provincias y obtener excedentes para reforzar el abastecimiento de la región ayacuchana cuya agricultura no alcanzaba a satisfacer las necesidades de una numerosa y creciente población urbana, los Wari impulsaron la construcción de importantes obras hidráulicas en todo el Imperio; de ellas quedan restos en los valles de Moche y Virú.
La cultura Wari tuvo que desarrollar la agricultura, debido a que su población iba en aumento y no podía ser alimentada sólo con la ganadería, lo cual dio lugar a reemplazar el pastoreo de llamas por el cultivo de papa. Está rápida conversión del pastoreo a la papa, permitió a Wari contar con una importante área de aprovisionamiento para su propia capital.
Para aumentar la producción y productividad de los artesanos provincianos, los Wari promovieron el uso de sistemas que facilitaban la fabricación de ciertos bienes, logrando la estandarización y producción en serie de los mismos.
Tal fue el caso de la cerámica en la que se popularizó el uso de moldes logrando una producción masiva de objetos de gran demanda popular. En toda la costa se practicó dicho sistema, especialmente durante la época tardía en la que se desarrollaron los estilos epigonales, siendo las cerámicas de Lambayeque y Chancay los casos más notables de moldeado.
El activo comercio practicado por los Wari determinó la construcción de grandes centros de almacenaje y de extensas redes de caminos. Ejemplos de lo primero lo constituyen los numerosos Centros Administrativos Wari que existieron en la Costa y en la Comarca la ciudad de Cajamarquilla, con sus extensas y numerosas zonas de colcas y depósitos.
La actividad comercial Wari, que recogía la producción de las regiones costeñas para intercambiarla con la de las serranas, debió ser de gran importancia y ocupar a numerosas personas, pues deja una honda huella en los hábitos de los pobladores Yungas. Tenemos así que, en el periodo posterior, gran parte de los costeños se dedicaba únicamente al comercio, llegando a constituir hasta un tercio de la población en el valle de Chincha. La actividad comercial cumplió un rol destacado; ya que los waris tuvieron varias ciudades ejes que centralizaban la faena mercantil. Eran verdaderos centros coloniales que sometían y explotaban a los pueblos vecinos circundantes (ya que era un estado colonizador, expansivo y guerrero), canalizando, así, Wari la mayor productividad de bienes.
Los caminos debieron jugar un rol vital en el Imperio Wari; no cabe imaginarse su existencia y funcionamiento sin una extensa y eficiente red caminera que sustentara sus relaciones político-económicas. Como todo estado despótico su seguridad y bienestar dependían de la rapidez de las comunicaciones, de la celeridad con que pudieran trasladarse sus fuerzas, conquistadoras o represivas, y del permanente abastecimientos de la metrópoli.
Dichos caminos existieron vinculando Wari con todos los Centros Administrativos Provinciales del Imperio, aunque no conozcamos en la actualidad huellas de los mismos. Unos deben de haber desaparecido por acción del tiempo, otros deben de haber sido involucrados en la red caminera que los Incas implementaron, usando y ampliando las viejas vías existentes, es posible que algunos todavía subsistan escondidos por las anfractuosidades naturales y el polvo de los siglos.
ALFARERÍA DE LA CULTURA WARI
La alfarería Wari se muestra como un crisol de tres distintos estilos. Muchos de sus diseños presentan semejanzas formales con los personajes de Tiwanaku y Pukara, tales como los chamanes alados o el «Personaje de los Cetros», mientras que las formas de las vasijas destacan por sus botellas de dos golletes que evocan la cultura Nazca.
ANDENES Y CAMINOS
Lo más admirable de todo lo que hicieron para el desarrollo de su agricultura, fue la construcción de los llamados andenes, sistema de terrazas construidas en las faldas de los cerros para evitar la erosión del terreno y ampliar la frontera agrícola. También se puede afirmar, según Guillermo Lumbreras, existían caminos entre ciudad y ciudad. Caminos que sirvieron para el desarrollo económico y fundamentalmente para poder controlar el estado de carácter colonizador, expansivo y guerrero.
TEXTILERIA DE LA CULTURA WARI
Los Wari dominaron diversas expresiones artísticas, llegando a producir obras de gran calidad y belleza. Sus influencias Nazca y Tiahuanaco se ven en los tapices y en la cerámica. Los tapices Wari están considerados entre los más finos del mundo, tanto por su belleza estética como por sus imágenes. Fueron elaborados con algodón y lana de camélidos como la vicuña. Los Wari usaron la religión como un transmisor ideológico de dominación, y en ello los textiles tienen un papel predominante, pues es allí que la iconografía se trasladaba físicamente cientos de quilómetros por los territorios dominados. También los ponchos fueron parte de la vestimenta ritual usada en ceremonias rituales, donde los colores brillantes, diferentes técnicas de bordado y compleja iconografía siguen impresionando a los investigadores. Aunque los textiles más antiguos de Wari tienen un estilo más pobre, esta situación fue cambiando a medida que se expandía Wari.
Entre los diseños Wari figura un personaje representado con un bastón en cada mano, una imagen de una de las deidades de la región Wari. Otros diseños utilizados en los textiles son las figuras de ave, las serpientes y los felinos. Las técnicas utilizadas provienen de Moche, y predomina el rojo brillante como fondo de la mayoría de los tapices. Otros colores utilizados son el azul brillante, el amarillo dorado, el blanco y el azulino. El contorno de las figuras es negro, aunque a veces también se ha usado el blanco. Los tejedores Wari fueron “grandes maestros de la armonía y del color”, por su increíble destreza y la gama de colores que aplicaron a sus tejidos.
Los paños Wari son hechos utilizando la técnica de tapicería y están adornados con motivos da diseño abstractos y complejos.
Las túnicas Wari son grandes y están adornadas con motivos de diseño abstractos y geométricos estilizados que se repiten. Por lo general, son hechas con urdimbre de algodón y trama de fibra de camélido.
El gorro Wari es una especie de bonete de cuatro puntas de tamaño más bien pequeño y una textura muy suave y aterciopelada. Los motivos del diseño son abstractos y geométricos estilizados que se repiten.
Las vinchas Wari son hechas utilizando la técnica de tapicería. Los motivos del diseño, que se repiten, son abstractos y geométricos
La bolsa de tela Wari se caracterizan por tener motivos de diseño que incluyen felinos, camélidos, rostros humanos y de animales. Los Wari confeccionaron también hermosos tejidos compuestos por algodón y plumas.
ARQUITECTURA DE LA CULTURA WARI
La arquitectura Wari representativa de la planificación estatal en la sierra, con centros como Pikillacta, en el centro administrativo y político más importante en el territorio Wari. Pikillacta es un centro fortificado construido en el siglo VI que funcionó durante 150 años, y que representa el urbanismo planificado por Wari. La forma de algunos edificios es en algunos casos rectangulares y en otros, cuadrada. Canchas y plazas rodean a los edificios, así como las residencias de la élite política y religiosa de la región. Los muros fueron cubiertos de yeso, y muchas edificaciones fueron de dos pisos. La función ceremonial está representada por una construcción que presenta nichos en las paredes, además de cráneos humanos y objetos metálicos como ofrendas.
El patrón arquitectónico Wari se caracteriza por la independencia de centros urbanos amurallados, bien planificados y ubicados en lugares estratégicos donde la expansión colonial lo requería.
Las murallas de algunas ciudades eran hechas con piedras alargadas unidas con barro, donde los muros alcanzan alturas desde los ocho hasta los doce metros.
El edificio principal del conjunto de Huilcahuain (cerca de Huaraz, en el Callejón de Huaylas; Ancash), el cual fue reconstruido, formaba parte del núcleo urbano de Huilcahuain de considerable tamaño. Está construido con piedras labras; mide quince metros por veinte metros y tiene tres pisos que alcanzan una altura de nueve metros, e internamente tiene un sistema de ventilación
Un rasgo común en las estructuras Wari, como ya se ha mencionado en varias ocasiones, es la construcción de dos o tres pisos. También podemos ver una sección de una WARI pared de piedra finamente labrada del templo de Moraduchayoq en Huilcahuain. Este conjunto se encuentra amurallado por este tipo de pared. El estudioso Brewster – Wray estima que esta muralla pudo haber sido un camino.
En un sector de Cheqo Wasi en el sitio de Wari se hallaron unas construcciones megalíticas consideradas hoy mausoleos. Están encerradas en un recinto circular y asociadas a un complejo de pequeños cuartos.
CERÁMICA DE LA CULTURA WARI
La cerámica wari tiene una clara influencia Tiahuanaco, y es a partir de Ayacucho que se expandió a través de los territorios conquistados. Son cuatro los estilos que predominan en el Horizonte Medio: Conchopata, Robles Moqo, Chakipampa y Viñaque. Ello implica que en un mismo lugar se puedan encontrar varios estilos cerámicos. El estilo Conchopata se basa en grandes urnas de unos 80 cm. de largo destinadas a servir como repositorio de ofrendas. En su parte externa se ven personajes similares a los de la Portada del Sol de Tiahuanaco. El estilo Robles Moqo procede del mismo Huari, se basa de urnas, cántaros, vasos y figuras de llama, con decoraciones geométricas y naturalistas, donde también están presentes los motivos Tiahuanaco. El estilo Chakipampa, de influencia Nazca, es ordinario y no tiene el carácter ceremonial de los anteriores. Se basa en botellas pequeñas, vasijas modeladas como tubérculos o figuras humanas, decorada con colores blanco, crema, púrpura y gris. Finalmente, el estilo Viñaque procede de la ciudad de Huari, y es considerado un producto de la expansión, pues reúne varios sub-estilos de zonas de Nazca y Lima, además de elementos Robles Moqo y Chakipampa. Sus principales formas son los cuencos semi emiesféricos, cántaros con cuellos-efigie y botellas de dos cuerpos, y sus motivos son cabezas de felinos vistas de perfil, plantas estilizadas, cráneos, entre otros.
FORMACIÓN DEL ESTADO DE LA CULTURA WARI
La cultura Huarpa antes de Huari, se ubicó también en Ayacucho. Su nombre deriva de un río afluente del Marañón. Fueron reconocidos por su producción en la tierra (5 veces más de la que se produce ahora) gracias a su tecnología hidráulica.
Tenemos que remontarnos al estado inicial Huarpa, para responder esta pregunta, mientras era un centro manufacturero sin importancia. Las influencias de Nazca y Tiahuanaco, les permitieron desarrollar intercambios en la costa sur, mientras conseguían urbanismo temprano y experiencias administrativas muchos más amplias que las que se puede conseguir bajo un régimen religioso. Centros administrativos pre-estatales como Ñawinpuquio, Churucana, Tantawasi, Simpapata y Tablapata son muy útiles para investigar el origen del fenómeno Huari, pues presentan cambios sustanciales en sus rasgos arquitectónicos y urbanísticos tales como plazas, canales, vías de circulación interna, canchas y muros divisorios. La diferenciación de espacios en estas ciudades, junto a la iconografía de la cerámica, evidenciaría la gestación de una jerarquización de la sociedad. Poco a poco las aldeas se aglutinarían en un proceso de desruralización, formando centros de producción alfarera sofisticada y en serie.
ESTA A SU VEZ SE DIVIDE EN CUATRO PERÍODOS:
Primera etapa Orígenes (550 d.C – 680 d.C aprox.): Aparece el Estado y la ciudad y hay presencia de imágenes Tiahuanaco en la cerámica (cabe recordar que la influencia de la cultura Tiahuanaco es bien importante en el sentido que aporta religión y tecnología, lo que viene a transformar en cierto sentido la expansión Huari, originándose un fenómeno parecido a lo que es la globalización)
Segunda etapa: Desarrollo (680 d.C – 770 d.C): Durante la segunda fase los cambios son más bruscos, la ciudad la ciudad crece vertiginosamente y el Estado Huari se expande hacia la sierra norte hasta el Callejón de Huaylas, hacia la sierra sur hasta Cuzco y en la costa central y sur
Tercera etapa: Nuevo surgimiento y expansión (770 d.C – 900 d.C): En la tercera fase entra a un periodo de reestructuración política y realizó una segunda expansión en la zona central andina, además que la ciudad de Huari alcanzó su máxima extensión y población
Cuarta etapa: Caída (900 d.C – 1000 d.C aprox.): Hacia la cuarta y última fase se expandirían las fronteras hasta Cajamarca, La Libertad, Moquegua y Sicuani. Huari se despoblaría por un fenómeno climático que afectaron la producción de alimentos, asimismo colapsan los centros provinciales, desapareciendo la administración Huari y su proyecto.
EXPANSIÓN DE LA CULTURA WARI
El tipo de expansión fue militar, así ha quedado demostrado en los radicales cambios que sufrieron las culturas sometidas bajo el imperio Huari, tanto en el plano social, económico, ideológico y cultural. Por la sierra, la cultura Huari se expandió hasta Cajamarca en el norte, y hasta Sicuani, en Arequipa, en el sur. Por la costa, llegó hasta Lambayeque en el norte, y hasta Ocoña y Sihuas, en Arequipa, en el sur.
Teniendo a la guerra y a la difusión de la religión como principales elementos de la expansión Huari, es fácil deducir que en zonas donde existieran estos dos elementos desarrollados localmente existiera una resistencia.
La expansión territorial de la cultura Huari, no implantó estrictamente en todas partes el carácter “imperial” (es decir un espíritu que guiara toda la actividad humana en el territorio conquistado), sino que fue un proceso de implantación de cultura urbana, amparado por la base tecnológica, religiosa y artística que aporta Tiahuanaco. En su proceso de expansión, Huari nunca pretendió gobernar (en su aceptación de ejercer el poder con toda la burocracia administrativa y la fuerza militar necesarias) todas las áreas de intercambio y/o dominadas cultural y quizás religiosamente. Lo que creó Huari fue algo parecido a lo que actualmente denominamos “globalización”, es decir un dominio económico y una integración comercial con impacto en el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo, de los diferentes grupos sociales del área andina.
LA CIUDAD WARI
Mientras Tiahuanaco ofrece en esta expansión imperial, conducida por Huari, sus conocimientos técnicos, artesanía y religión, Huari va a aportar un nuevo concepto de organización poblacional, un nuevo concepto administrativo: La Ciudad.
Esta se ubica a 25 Km. al noreste de la actual ciudad de Ayacucho y a 3,000 m.s.n.m., la cual comenzó a crecer y desarrollarse a finales de la primera fase. La Ciudad se diferenciará del villorrio hasta entonces existente no sólo por sus mayores población y tamaño, sino, sobre todo, por la complejidad de la composición de su fuerza de trabajo y por un modo de vida más sofisticado. La Ciudad debe ser centro de transformación de la producción primaria; albergar una población permanente que exhibe mayoritariamente una clara distribución del trabajo; cumplir con actividades netamente urbanas, tal como ser centro administrativo, control político, religioso y militar.; ser un centro de servicios; y disponer de importantes edificaciones destinadas al almacenamiento de excedentes.
Pero la construcción de la misma, no fue hecha con una organización planificada, sino que obedece a ciertos patrones desordenados, ya que la ciudad se fue remodelando a medida que llegaban más gente a habitarla, por lo cual esta se fue perfeccionando con el paso de los años.
Así es como el asentamiento, originalmente abastecido bajo una exclusiva base agraria, empieza a vivir de la producción urbana (cerámica más elaborada), en particular (a expensas del campo). Las vasijas eran cambiadas por el maíz en procesos ancestrales de trueque, un sistema de comercio sin dinero (ya que éste les era desconocido) que convocaba a los campesinos para que intercambiasen su producción en el “mercado”. Al crecer la ciudad y como consecuencia aumentar su población, el trueque se torna insuficiente para mantenerla, con lo cual se produce un desplazamiento de la masa poblacional, lo que origina la caída del imperio, siendo esta una de las causas.
EL URBANISMO EN LA CULTURA WARI
Para este pueblo la necesidad de construir ciudades fue que estas representaban poder, lo concentraban para una mejor administración, también otro factor decisivo es que se pudieron poner ciudades alejadas de el centro que era Ayacucho, lo que permitió una mejor gobernabilidad al dividir el poder por región, aunque la clave estaba en tres elementos esenciales para el imperio:
- La comunicación entre los pueblos conquistados y el poder central.
- El establecimiento de ciudades dependientes de la administración central.
- El control de la mano de obra, para ser aprovechada al servicio del imperio.
Así de esta forma se tenia un control total, tanto del punto de vista administrativo, religioso, cultural y militar. A pesar de que otro elemento clave en el triunfo de este imperio fue que cuando establecían una nueva ciudad, no aglutinaba a toda la población en la ciudad, sino que les permitía vivir en núcleos aislados cerca de los campos de agricultura, en donde sólo se dirigían a la ciudad por motivos religiosos.
Muchos arqueólogos concurren en que la población Huari podría haber sobrepasado los cincuenta mil habitantes, aunque se cree que estos eran sino campesinos que concurrían en determinadas épocas para comerciar materias primas y productos elaborados, o también por motivos políticos o religiosos, por ser Huari capital del gran imperio. Por lo cual en específicas fechas del año se producía un fenómeno que hoy en día denominamos “población flotante”.
A pesar de todos estos avances tecnológicos, administrativos, arquitectónicos, etc. Un problema fue el control de territorios alejados de Ayacucho, para eso se crearon “Centros Provinciales”, algunos de estos fueron:
PIQUILLACTA: Centro administrativo y político más importante de la cultura Huari fortificado y que representa el urbanismo planificado. La forma de sus edificios es en algunos casos rectangulares y en otros, cuadrada.
PACHACÁMAC: En tiempos de Huari se convirtió en un centro religioso importante, llegando su influencia hasta Huancayo. Se trató de una pirámide escalonada compuesta de seis cuerpos.
HUIRACOCHAPAMPA: El material utilizado de construcción es arenisca blanca. Su plana es cuadrangular y atraviesa la ciudad una gran avenida amurallada. Los centros son grandes, hay galerías y calles. También hay canales subterráneos de agua
LAS RUTAS DE LA CULTURA WARI
Los caminos no fueron una invención de los Huari: se sabe que antes de ellos, otros pueblos como los Moche, por ejemplo, construyeron calzadas.
Por lo cual la construcción de caminos, una red planificada de caminos para unir y controlar los diferentes territorios de su imperio y poder además intercambiar objetos a larga distancia: el trueque. Los Huari construyeron también los caminos para unir los centros provinciales con los pueblos sometidos para realizar el trueque.
Los caminos que se construyeron en la época Huari, demuestran el desarrollo tanto arquitectónico, tecnológico, de esta cultura al construirlos, ya que permitieron el mantenimiento y perdurabilidad de las conquistas, ay que hubiera sido imposible mantener conquistas sin caminos que conectaran los distintos territorios.
LA FORMA DE EXPRESIÓN DE LA CULTURA WARI
La forma de expresión Huari estuvo influenciada en gran medida por parte de la cultura Tiahuanaco, la cual aporto en gran medida la artesanía, conocimientos técnicos y la religión.
Arquitectura: Se edificaron grandes ciudades, las cuales estaban construidas con una planificación de antemano. Se construyeron caminos para comunicar a las distintas provincias (notables por su extensión y solidez). La forma de sus edificios es en algunos casos rectangulares y en otros, cuadrada. Canchas y plazas rodean a los edificios, así como las residencias de la élite política y religiosa de la región. Los muros fueron cubiertos de yeso, y muchas edificaciones fueron de dos pisos. Algunos ejemplos son: Pikillacta es un centro fortificado construido en el siglo VI que funcionó durante 150 años, y que representa el urbanismo planificado por Huari.
Escultura: se esculpieron estatuas de piedras (monolitos), sus representaciones antropomorfas y zoomorfas. Cabe destacar las figuras humanas, generalmente con un aspecto robusto y algo que llama la atención son grandes lagrimones, estos vestidos con hartos ropajes, sin armas o algún símbolo y lo que es más intrigante aún no representan divinidades.
CAÍDA DEL IMPERIO CULTURA WARI
A partir del año 1 000 d.C. Huari comienza a decaer como centro político y pierde el control de las ciudades y territorios del Imperio después de haber extendido sus dominios a los largo de 7 siglos continuos por una parte del territorio peruano. Durante esta etapa de crisis se acento., tanto la capital, como los grandes núcleos urbanos de Cajamarquilla y Maranga en la costa central fueron abandonados.
Con la decadencia del imperio, se produce la emancipación de los pueblos sometidos y la despoblación de las ciudades. Muchos pueblos de la costa abandonan los lugares donde están sometidos, produciéndose que muchas culturas volvieron a sus antiguas religiones, aunque en la mayoría se produce un proceso de “Depresión Cultural”.
Cabe resaltar que se desconocen las causas del decaimiento del poder Huari. Algunos opinan que Huari sucumbió por problemas económicos que le impidieron satisfacer las necesidades de este gran imperio. Otros opinan que decayó ante otra gran sequía como la que originó su expansión. Es muy posible que hubiera una mezcla de estos dos fenómenos, pues se ha comprobado que hubo una crisis climática por esos años. Además, debemos considerar que en un tiempo de desarrollo tan corto no se pudo crear la infraestructura estatal suficiente para mantener un imperio tan grande. Y también se ha sugerido la razón de conflictos internos.
El imperio Wari alcanzó su máxima expansión en el siglo VI D.C se extendía desde Piura y Cajamarca por el norte y luego hasta Cuzco y Moquegua por el sur. Más éste Estado Imperial cayó abruptamente por falta de producción para toda la población, descontento de la población, y regiones sometidas, que se expresaba en rebeliones.
Existía contradicción entre la Ciudad (mayormente artesanos) y el Campo (gente dedicada a la agricultura y el pastoreo), etc. En el siglo VIII y IX toda la construcción estatal wari ya estaba prácticamente desarmada dando cabida al desarrollo de culturas y estado regional.