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Distrito coporaque

En ruta Este – Oeste, siguiendo las margenes del Río Colca, Coporaque se encuentra en la margen derecha.

Coporaque fue durante la época pre inca e inca un pueblo de mucha importancia. El nombre del distrito de Coporaque proviene de dos palabras quechuas qhoto (montón de maíz) y rake (sitio donde se reparte), teniendo como significando «lugar donde se reparte el maíz». Los arqueólogos e historiadores han determinado cuatro formaciones culturales: intermedio temprano de 200 al 700 d.c.; horizonte Wari del 700 al 1100 d.c.; intermedio tardío de 1100 al 1480 d.c. y finalmente perteneció al periodo Inca desde 1450 hasta la conquista española.

Los cronistas Ulloa y Mogollón (1586), señalan la existencia del pueblo de Coporaque sobre la mano Izquierda. Ulloa menciona a los principales pueblos del valle a Yanque como cabecera Collagua (pueblos de la margen derecha) y a Lari como cabecera Cabana (pueblos de la margen izquierda). Las mencionadas cabeceras dominaban estos territorios con el fin de controlar múltiples pisos ecológicos, que les permitiera abastecerse de diversos productos. Coporaque perteneciente a la etnia Cabana, se diferencia claramente (Ulloa, 1586) pues se reconoce como pacarina (o lugar de origen) del nevado Gualda Gualda (Hualca Hualca). Otras diferencias importantes es la vestimenta, el lenguaje, e incluso en su aspecto físico; esto último debido al uso de diversas deformaciones craneanas. Los Collaguas «apretaban la cabeza a los niños tan reciamente, que se la adelgazaban y la prolongaban a lo alto lo más que podían, en memoria del volcán de donde salieron».

Durante la conquista inca, Coporaque, al igual que los demás pueblos del valle, se anexó al estado cuzqueño, siendo en esos momentos el Inca Mayta Cápac quien gobernaba. Según Garcilazo de la Vega, se llevó a cabo mediante campaña militar cuyos hitos previos fueron la conquista de Parihuanacocha, Coropuna y Aruni. Por su parte, el cronista Blas Valera asegura que la integración al imperio se produjo por alianza matrimonial, cuando el inca tomo por esposa a Mama Tancaray-Yacchi, hija del curaca de Coporaque. En agradecimiento, Mayta Cápac le construyó una hermosa casa grande de piedra, muy bien ornamentada de plata, que sirvió de aposento para el Inca y su esposa. La incorporación de Collaguas y Cabanas al imperio incaico, antes del inicio de la gran expansión iniciada por Pachacútec, hace suponer una centralización administrativa de ambos territorios, anterior a la conquista española. En suma, el imperio incaico instauró su propia organización política y administrativa en el Valle del Colca. El curaca principal era nombrado por el Inca. El vasallaje frente al inca se expresaba, en primer lugar, con el pago del tributo, entregado en ropas y mantenimiento. Eran también entregadas las hijas hermosas de los caciques principales, así como indios para la guerra o para enviarlos a otras provincias como mitimaes. Según Ulloa, los guerreros Collaguas y Cabanas fueron movilizados hasta Quito y Charcas. Para la época en que se desplomó el Tahuantinsuyo, estos pueblos debían estar bastantes asimilados al imperio.

También se sabe que de esta zona eran los cargadores de las andas del inca. Durante la colonia continuó siendo cabecera de pueblos en el valle, especialmente tomada en cuenta para el pago del tributo y la mita, siendo la sede del primer encomendero Gonzalo Pizarro, quien fijó su residencia en Coporaque. Asimismo, entre 1571 y 1574 se evangelizó todo el valle del Colca, trabajo llevado a cabo por la orden Franciscana. En Coporaque levantaron un templo principal erigida en honor al apóstol Santiago. Siendo el templo más antiguo del Cañón del Colca, se caracteriza por sus campanas hechas de las primeras fundiciones de cobre del palacio del Inca Mayta Cápac, su construcción data de la segunda mitad del siglo XVI (1569). En la república el valle del Colca tomó importancia en los años 70, cuando se construyó la carretera afirmada para atender las obras del proyecto de Irrigación de Majes y recién a partir de 1985 se volvió ruta turística, desde entonces todos los pueblos del valle se han convertido en atracción, por lo cual el distrito de Coporaque muestra otro rostro que contrasta con la que tenía hace 40 años atrás.